Para analizar las ventajas de la enseñanza de las
competencias básicas respecto a los modelos tradicionales de enseñanza debe
abarcarse una arista histórica, específicamente del modelo tradicional y sus
antecedentes.
Primeramente podría rescatarse que los modelos
tradicionales de enseñanza tienen una alta incidencia de la Revolución
Industrial (en el siglo XIX). Para demostrar esta afirmación cabe una simple representación
gráfica:
Fuente: Módulo 3-1 Curso de Formación Docente sobre
TIC y Educación – Especialización (2013-2014).
La disposición de ubicar a los estudiantes en líneas
(hileras) en un salón de clase no es una idea moderna, sino que se gestó
durante la Revolución Industrial como una respuesta a la necesidad de instruir
(o adiestrar) a las personas en oficios concretos maximizando los recursos, que
en este caso podría citarse al profesor, el espacio físico, el tiempo, entre
otros.
En la actualidad se continúa la réplica de este
modelo a lo largo de todo el sistema educativo formal en la mayoría de
instituciones, especialmente públicas, y también en universidades.
La Revolución Industrial dio énfasis al trabajo
manual más que al conocimiento de las personas, de modo que los procesos de
producción se convirtieron en fenómenos en masa, que obedecían al ensamblaje de
productos, de modo que la tarea de un operario era muy específica y no precisaba
conocer más allá de su labor.
En la actualidad las personas afrontan situaciones
que en décadas anteriores no eran tan evidentes en la sociedad, como lo son el
cambio y la incertidumbre. El desaparecido presidente de Macintosh, Steve Jobs,
alguna vez dijo que las personas no saben qué es lo que necesitan hasta que
alguien se los enseña.
Esta idea tiene mucho peso en la actualidad, momento
histórico en el cual los avances tecnológicos proponen cambios acelerados, en
tanto que las personas no evidencian tanto la necesidad de especializarse en
una tarea específica, como sucedía tiempo atrás, sino en la atención de
diferentes factores y la solución creativa e innovadora de problemas que se
presentan constantemente.
Pedagógicamente lo anterior propone “formar jóvenes con mentalidad global, espíritu crítico y
creativo, capaces de aprender con las herramientas actuales, durante toda la vida,
y de participar de manera activa y eficaz en el diseño y la construcción de la
sociedad en la que se insertan” (Díaz, 2013, p.3). En sicología contemporánea, las competencias técnicas se plantean en
habilidades sociales, las cuales se definen como la respuesta eficaz u oportuna
en determinadas situaciones sociales (Caballo, 2002).
En el sistema educativo tradicional el error es
castigado puesto que se forma para que el ser humano sea un eslabón en un
proceso productivo. Su erro produce pérdida de tiempo y, por tanto, de capital.
En la actualidad el error es considerado como un factor imprescindible para el
aprendizaje, puesto que permite toda una oportunidad para comprender el por
qué, lo cual propone la mediación de las competencias técnicas como base del
proceso educativo, incidido por las tecnologías modernas.
A propósito de lo anterior, las tecnologías modernas
proponen una oportunidad a las nuevas generaciones para aprender mediante la
experimentación. Bien lo explica Díaz (2013) cuando refiere que las personas
jóvenes toman un dispositivo electrónico (como un teléfono inteligente por
ejemplo), y sin mayor cantidad de instrucciones experimenta con él, lo explora,
se permite cometer errores para alcanzar su objetivo.
Así las cosas, las nuevas tecnologías proponen un
escenario inmejorable para aprender de una forma distinta a la tradicional,
donde equivocarse es parte del proceso y, los aciertos, son igualmente estimulados.
Así las cosas, los docentes también se liberan de la estereotipada idea de ser
panacea del conocimiento, y se permiten aprender junto a sus estudiantes y, por
supuesto, propone la oportunidad (y el deber) de actualizarse constantemente.
Respecto a las desventajas que podrían presentarse
respecto a la implementación de las competencias técnicas en la educación se
encuentra la resistencia al cambio, la cual puede presentarse en los
estudiantes y los mismos docentes. Se sabe que en muchos cambios sociales, el ámbito
de educación es el que presenta más resistencia en algunas ocasiones. Sin
embargo, bastará un poco de entusiasmo y apoyo para que este se dé sin mayor
problema.
Otra razón que pueden afectar la transición de los
modelos tradicionales de enseñanza a los basados en competencias técnicas es la
misma brecha digital. Como se sabe el desarrollo y penetración tecnológica no
es homogénea ni paralela entre todos los países y en localidades internas a
éstos. De modo que se requiere más que la voluntad para implementar este
proceso de cambio y en ocasiones puede agotar a los docentes o estudiantes
antes de empezar a ver resultados positivos, empero tampoco es una situación que
no pueda solventarse.
¡Gracias por leer!
Referencias.
Caballo,
V. (2002). Manual de entrenamiento de
habilidades sociales. Madrid: Ediciones Pirámide S.A.
Díaz,
T. (2013). Competencias y aprendizaje: nueva sociedad, nuevas demandas, nuevos retos. (Curso de formación docente sobre TIC y
Educación – Especialización. Unidad 1 del Módulo 3). Campus virtual de la
Organización de Estados Iberoamericanos.
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